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Gobernadores y Gustavo Petro tendrán nuevo pulso en Rionegro
La discusión sobre la forma como se viene manejando la descentralización del país tendrá lugar en la cumbre de gobernadores a realizarse en Rionegro.
Este lunes 8 de mayo se conmemorarán 160 años de una de las cartas de batalla más progresistas y liberales de Colombia: la Constitución de 1863, que justamente tuvo como epicentro de formación el municipio de Rionegro, que no por nada es conocido hoy por hoy como “la cuna de la libertad” del Oriente antioqueño.
Al margen del repaso histórico y de las remembranzas nostálgicas de una constitución que apostó a la libertad plena y estableció el federalismo, la fecha busca poner de presente un pendiente que sigue haciendo mella en pleno siglo XXI: la descentralización y la autonomía regional que, aunque consagró hace 30 años la Constitución del 91, sigue en veremos. No es un asunto menor.
Hoy, de los casi $16 billones dispuestos en regalías para 2023, apenas $5,3 billones son para inversión regional, según datos del Departamento Nacional de Planeación (DNP). Es decir, de cada $1.000 producto de las regalías, apenas le corresponden a las regiones alrededor de $340.
Ello podría explicar las marcadas desigualdades en los territorios versus el centro del país, que se hacen palpables en la ausencia de universidades, carencias en materia de ciencia y tecnología (cuyos recursos se siguen concentrando en ciudades como Bogotá o Medellín), o que uno de cada 3 departamentos en Colombia no tenga representación en el Senado.
“La Constitución de 1991 fue muy progresista, pero se quedó corta y le faltó desarrollar aspectos de autonomía regional y descentralización. Hoy las regiones reclaman una mayor participación en el fisco y en los recursos. No podemos seguir viviendo de los impuestos del alcohol o el cigarrillo, como hace 160 años”, reclama el director de la Federación Nacional de Departamentos, Didier Tavera.
Incluso, la problemática escaló hasta el recién aprobado Plan de Desarrollo del gobierno de Gustavo Petro, que en su hoja de ruta para los próximos 4 años incluyó una serie de artículos para favorecer la autonomía regional, dar vía libre a pactos territoriales para concertar inversiones y hasta fortalecimiento de corredores férreos o aeropuertos fronterizos.
Sin embargo, como muestra de las complejidades para hacer realidad la autonomía regional, el proyecto tuvo que darle otros seis meses a la denominada Misión de Descentralización –creada en una ley de 2019–, para que presente al Congreso iniciativas concretas que permitan “ordenar y definir la distribución de competencias entre la Nación y las entidades territoriales”.
“Seguimos siendo un país muy desigual, porque la arquitectura de distribución de los recursos favorece lo urbano sobre lo rural. Aún existen concentraciones del poder económico y poblacional sobre los pueblos intermedios y pequeños. No logramos integrar las fronteras, ni reconocer e incluir a los campesinos, indígenas y afros que suman cerca del 45 % de la población”, admite Darío Indalecio Restrepo, director de la Misión de Descentralización, un organismo adscrito al DNP.
De hecho, este lunes se tiene previsto que la Federación de Departamentos –que ha venido promoviendo eventos para conmemorar la Constitución del 63 para reclamar una efectiva autonomía territorial–, presente desde Rionegro al Gobierno un documento que podría ser la hoja de ruta de un proyecto de acto legislativo (es decir, para modificar la Constitución) para darle dientes a las normas de ordenamiento territorial.
Según la Federación, el texto “contiene las bases” para avanzar hacia una “autonomía territorial sólida”, inspirada justamente en la Constitución de Rionegro “y en la urgencia de reconocer el papel de los departamentos para garantizar el bienestar y derechos de los habitantes en el territorio”.
El asunto no se queda en foros, sino que para afianzar su idea de volver a un país federalista el organismo tiene página web y busca organizar mesas sectoriales regionales.
“Hay garantías de soberanía y unidad, pero es necesario fortalecer la planeación desde las entidades, buscando el desarrollo de las regiones. Planteamos que nos permitan participación en impuestos como el IVA”, agrega Tavera.
La duda que empantana el camino hacia esa descentralización y el trabajo que podría hacer el Ejecutivo de la mano de los gobernantes regionales es la tensa relación entre Petro y los mandatarios. No solo la relación está fracturada por el sonado desplante del Jefe de Estado a más de 300 alcaldes en agosto pasado, sino que la proclama de “Libertad y Orden” a finales de marzo caldeó los ánimos.
En ese entonces, agobiados por los hechos de violencia y alteraciones del orden público en varias zonas del país –particularmente en el Bajo Cauca antioqueño–, varios gobernadores publicaron en sus redes el escudo de Colombia bajo la consigna de “Libertad y Orden”, un duro campanazo de alerta al unísono para pedir de Petro mayor acción y eficacia contra los grupos armados que piden pista en la paz total.
La manifestación la encabezó en sus redes el gobernador de Antioquia Aníbal Gaviria, secundado por otros mandatarios como Juan Guillermo Zuluaga (Meta), Nicolás García (Cundinamarca) u Orlando Benítez (Córdoba).
Sin embargo, desde el petrismo duro hubo críticas a las consignas y, al no bajar a los mandatarios regionales de “golpistas, sinvergüenzas y fachos”, dirigentes del calibre del exsenador Gustavo Bolívar alertaron por un supuesto “golpe de Estado blando”.
En medio de estas tensiones es que los gobernadores en pleno le plantearán mañana al presidente Petro su idea de avanzar en la descentralización y el objetivo que acordaron en octubre: que el país retorne a un modelo federalista, tal como lo planteó la Constitución del 63 alrededor de lo que se conoció como Estados Unidos de Colombia.
Hace más de una década, en junio de 2011, el entonces candidato a la Alcaldía de Bogotá, Gustavo Petro, esbozaba su modelo de descentralización, advirtiendo que “no es una desconcentración del poder entre funcionarios, sino entre el Estado y la ciudadanía” y reclamando que lo que ha existido en Colombia” es una descentralización burocrática, pero no una cesión de poder a la ciudadanía”.
Habrá que ver qué tanto de ese talante queda en el hoy Presidente y si tendrá eco la propuesta de los gobernadores hacia un modelo federal.
Las lecciones que dejó 1863
En 1863, cuando Colombia apenas sumaba poco más de medio siglo de independencia, el país acumulaba un sinfín de guerras civiles y conflictos en búsqueda de un modelo de Nación que garantizara igualdad y soberanía. Entonces, se estableció lo que se llamó el Olimpo Radical, un periodo histórico de gran agitación social marcado por las libertades y el progresismo. En ese contexto se enmarca la Constitución de 1863, promovida, entre otros próceres, por Tomás Cipriano de Mosquera.
La carta magna, que aseguraba un modelo federal, otorgaba a los territorios autonomía fiscal y era de talante fundamentalmente liberal, permaneció vigente durante 23 años, hasta que se enquistó la Constitución de 1886 –de corte conservador y que permaneció hasta 1991–.
La del 63 consagraba nueve estados soberanos (entre ellos Antioquia y Cundinamarca) reunidos bajo la sombrilla de un Estado libertario y laico, destacándose como territorios independientes, pero colaborativos y armónicos.
En materia de derechos, la carta insistió en que no habría más esclavos; prohibió la pena de muerte; consagró la libertad de expresión y la “libertad absoluta” de circulación de impresos; la libertad religiosa; el gobierno republicano y federal; el establecimiento de penas de hasta 10 años de cárcel, y hasta la libertad de portar armas. En materia política, fijó el periodo presidencial en 2 años y les prohibía a los congresistas hacer negocios con el Gobierno.
Sin embargo, los derechos y libertades que consagró la Constitución de Rionegro, que hoy bien podrían ser fundamentales, eran demasiado ambiciosos y progresistas para la Colombia de 1863.
En su libro Cartas de Batalla, el jurista Hernando Valencia Villa evoca una anécdota con dejo de leyenda que indica que la Constitución de 1863 fue mostrada por liberales colombianos al poeta Víctor Hugo, entonces “una de las figuras cimeras del liberalismo republicano en Europa”.
Lo que dijo el poeta francés evidencia lo progresista, pero a la vez lo muy idealista, que resultaba la carta magna: “Pero esta es una constitución para ángeles”, sentenció.
Bien advierte Valencia en el texto que la “secularización de la sociedad, la liberalización de las prácticas sociales y el establecimiento de una política económicamente permisiva (el Estado gendarme) eran metas excesivamente ambiciosas para la Colombia de 1860”.
De allí el surgimiento de la Constitución de 1886, nacida de una guerra civil provocada justamente por las dificultades que planteó para el naciente país la ola de radicalismo liberal. El país entró entonces en lo que se llamó la Regeneración al mando de Rafael Núñez que, entre otras, afianzó una vez más el centralismo.
En una columna de hace 10 años, justamente a propósito de los 150 años de la Constitución de Rionegro, el economista Salomón Kalmanovitz recordaba en El Espectador que la Constitución de la Regeneración llevó a que “los estados soberanos fueran robados de su autonomía y recursos fiscales, que fueron gastados arbitrariamente, desconociendo las necesidades de los municipios y de las regiones. Gobernadores y alcaldes eran nombrados a dedo por el poder central”.
En materia federal, el exvicepresidente del Consejo de Estado William Zambrano explica que, con miras a aterrizar el debate a la Colombia de 2023, la lección que deja la Constitución de Rionegro es la importancia de que las autoridades territoriales puedan ejercer sus propias competencias.
“No se trata de revivir fantasmas del pasado, ni de instaurar la Constitución de 1863, sino de construir sin pugnacidad un mejor país. La idea es reconocer a los territorios como agentes del desarrollo y entender que hay una relación entre el centro y las regiones de forma paternalista, desconociendo que las entidades tienen sus propias capacidades”, explica.
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OCCRE presenta resultados en materia de control poblacional en San Andrés
Fueron 521 personas las que fueron devueltas a su ultimo lugar de embarque por parte de las autoridades de la Oficina de Control de Circulación y Residencia durante el ultimo mes.
La Gobernación del Archipiélago de San Andrés Providencia y Santa Catalina, a través de La Oficina de Control, Circulación y Residencia (OCCRE) informa a la comunidad sobre los importantes avances logrados en el marco de las acciones de control de personas en situación irregular en nuestro territorio.
Gracias a la colaboración con entidades competentes, la OCCRE ha reafirmado su compromiso de garantizar el retorno seguro de aquellas personas que no cumplen con los requisitos establecidos para su permanencia en el departamento, facilitando su regreso a los lugares de embarque de forma ordenada y segura.
Delroy Gordon, Director de la OCCRE, destacó que «es fundamental que la comunidad esté al tanto de las gestiones que se están realizando. La transparencia en nuestras acciones fortalece la confianza y nos permite trabajar en conjunto por el bienestar del Archipiélago.»
Este esfuerzo ratifica el compromiso de la OCCRE con el control de la circulación y residencia, manteniendo un equilibrio entre la seguridad y el respeto por los derechos de todas las personas que ingresan al departamento insular.
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Gustavo Petro emprende arremetida contra magistrados del CNE
Petro acudió a descalificativos y señalamientos contra los magistrados, a quienes acusó de pertenecer a la política tradicional y a quienes no bajó de “personajes nefastos”.
Si bien hace menos de una semana el Gobierno Nacional lanzó las bases de su acuerdo nacional –con miras a desescalar el lenguaje en el debate y erradicar la estigmatización–, este miércoles el presidente Gustavo Petro arreció en su discurso y la emprendió contra los magistrados del Consejo Nacional Electoral (CNE). Lo anterior, luego de que resolvieran por mayorías, abrirle una investigación formal a su campaña por presunta violación de topes electorales en más de $5.355 millones.
En paralelo con su diatriba alrededor del supuesto golpe de Estado –con todo y que la investigación del CNE únicamente podría terminar con una multa o la devolución parcial de recursos de campaña–, Petro acudió a descalificativos y señalamientos contra los magistrados, a quienes acusó de pertenecer a la política tradicional y a quienes no bajó de “personajes nefastos”.
En primer lugar, aseguró que el presidente de la Corporación, César Lorduy (de Cambio Radical) fue “acusado de asesinar a una novia. Ni más, ni menos”. Hay que tener en cuenta que en 2021 el portal Cuestión Pública reveló que Lorduy fue acusado como presunto autor de un feminicidio en marzo de 1979.
En su momento, en entrevista con W Radio, Lorduy reconoció que fue acusado de homicidio culposo, pero que el proceso “no terminó en condena, sino en vencimiento de términos”. Además, sostuvo que “eso ocurrió hace más de 43 años. Yo era un tipo joven, un niño, y (…) obtuve mi libertad”.
Por otro lado, Petro recordó que el magistrado Álvaro Hernán Prada (del Centro Democrático) está siendo investigado por la Corte Suprema de Justicia por presunto soborno a testigos. Se trata del mismo lío judicial por el que fue llevado a juicio el expresidente Álvaro Uribe. En este caso, Prada habría terminado involucrado por supuestamente querer favorecer a su líder político.
Justo hace un mes, según pudo establecer EL COLOMBIANO, los hijos menores y la esposa del magistrado Prada tuvieron que abandonar el país ante amenazas. Justamente, fue el togado quien, de la mano del magistrado Benjamín Ortiz (del Partido Liberal), fue uno de los ponentes del proceso que pide formular cargos a la campaña.
En este contexto, Petro la emprendió también contra la expresidenta del CNE, Maritza Martínez, recurriendo a descalificativos frente a su vida sentimental: “La señora Maritza hasta hace poco, no sé si aún, era la esposa de un señor paramilitar condenado o procesado, que era jefe político del Meta”, dijo.
En su andanada, el primer mandatario aseguró que son estos personajes “los que están tomando decisiones sobre el voto popular”. En ese sentido, reclamó que, “sin ser jueces”, formularon cargos y lo acusaron tanto a él como a la campaña.
“En sus funciones ellos sí podían investigar la campaña hasta 30 días después de terminada. Estamos a dos años después. Ya incumplieron completamente sus facultades. Pero, encima, decidieron elevar cargos como persona al presidente de la República”, aseguró el primer mandatario, con todo y que fallos recientes del Consejo de Estado ratificaron la facultad del CNE para investigarlo de manera administrativa.
Sin embargo, ignorando los preceptos de la justicia, Petro aseguró que “desde que se hizo la Constitución del 91 el presidente de la República está de cierta forma guarecido mientras gobierna porque solo puede ser juzgado en instancias diferentes a las administrativas”.
Si bien el primer mandatario ha arreciado en la tesis de que detrás del proceso habría un supuesto golpe de Estado y que la decisión es inconstitucional –por lo que ha llamado a sus bases a la movilización–, lo cierto es que la máxima sanción, en el peor de los escenarios, le significaría al jefe de Estado una multa de hasta el 10 % de los recursos que el Estado desembolsó a la campaña o la devolución total o parcial de los dineros.
Según expertos, la tesis del supuesto golpe se desvirtúa en la medida en que el CNE solo puede imponer sanciones administrativas, como la devolución de la reposición de los votos. Como lo ratificó en fallos recientes el Consejo de Estado, la potestad de sancionar penal o disciplinariamente al presidente sigue en manos del Congreso a través de la Comisión de Acusaciones.
De hecho, juristas del calibre de Rodrigo Uprimny –investigador de la corporación Dejusticia y profesor de la Universidad Nacional–, han señalado que la tesis del presidente Gustavo Petro no solo “carece de sustento”, sino que es peligrosa y “desdice de su investidura” presidencial.
“El CNE tiene competencia para investigar irregularidades en los gastos de las campañas. Es lo que está haciendo frente a la de Petro. Y aunque admite alguna controversia, estoy de acuerdo con la Sala de Consulta del Consejo de Estado (SCCE) en que el CNE puede imponerle al presidente ciertas sanciones administrativas, como multas, si verifica la violación de estos topes”, explicó recientemente en una columna en El Espectador Uprinmy.
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Consejo Nacional Electoral archivó proceso contra Petro por publicidad electoral
Con ocho votos en contra y solo uno a favor, el tribunal no encontró argumentos suficientes en el marco de la investigación preliminar, para abrir un proceso formal contra la campaña.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) archivó la investigación en contra de la campaña ‘Petro Presidente’, por publicidad anticipada, por el mediático evento de la ‘P’, realizado el 10 de septiembre del 2021 en Barranquilla.
Con ocho votos en contra y solo uno a favor, el tribunal no encontró argumentos suficientes en el marco de la investigación preliminar, para abrir un proceso formal contra la campaña.
Cabe mencionar que ese encuentro generó polémica después de que Nicolás Petro, hijo del presidente Gustavo Petro, confesara que el empresario Euclides Torres, sí aportó recursos para la organización del mismo.
“Parte de ese evento lo financió Euclides Torres para el tema de tarimas y publicidad, desconozco los detalles, no sé cómo fue la mecánica de pagos”, dijo Nicolás Petro en medio de una audiencia de la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes, que también adelanta una indagación por ese mismo tema.
En su momento, el hijo mayor del jefe de Estado, quien coordinaba la campaña en la Región Caribe, aseguró que no recibió dinero en efectivo para el pago de la logística y dijo desconocer el origen de los recursos aportados por Torres. “Me imagino que provienen de su actividad empresarial”, señaló.
¿Qué viene ahora?
Luego de archivar esta ponencia, elaborada por el magistrado Alfonso Campo, el tribunal se apresta a discutir y votar el expediente por violación de topes de campaña, que en 350 páginas, contiene 82 pruebas que demostrarían que no se reportaron gastosclave de la campaña.
Esto, luego de que se negaran las recusaciones contra los magistrados Álvaro Hernán Prada y César Lorduy, presentadas en el marco de la discusión del caso Petro.
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