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Gustavo Petro califica de injusticia la descertificación de EE.UU. a Colombia

El Presidente de Colombia hizo hincapié en que bajo su administración se ha priorizado la erradicación voluntaria de cultivos ilícitos sobre la erradicación forzada, que según él, ha cobrado vidas de fuerzas de seguridad.

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El presidente de Colombia, Gustavo Petro, rechazó con vehemencia la reciente decisión de Estados Unidos de descertificar al país por su lucha contra el narcotráfico, calificándola como una “injusticia”, un “insulto” y un acto político con motivaciones ideológicas. En sus declaraciones, el mandatario defendió sus acciones, cuestionó las exigencias externas y reafirmó la soberanía del país ante lo que considera presiones indebidas.

Petro afirmó que la medida constituye una grosería profunda contra Colombia y un agravio personal: “Es un insulto para mi vida personal, porque si algún líder político ha luchado contra el narcotráfico, ese he sido yo”.

Señaló que Estados Unidos “no miró las cifras” que Colombia ha reportado sobre incautaciones, operativos y destrucción de laboratorios.

Hizo hincapié en que bajo su administración se ha priorizado la erradicación voluntaria de cultivos ilícitos sobre la erradicación forzada, que según él, ha cobrado vidas de fuerzas de seguridad. “La erradicación forzadora mata policías… no la volveré a hacer”.

Petro aseguró que la política de prohibición total no ha funcionado, y que el verdadero punto es disminuir la demanda de cocaína y de sustancias como el fentanilo en EE.UU. y Europa. “Eso es lo que se necesita, no más fumigaciones forzadas desde avionetas”.

Respecto a la soberanía, expresó que Colombia no aceptará chantajes: “Nosotros no vamos a estar bajo chantaje… Si un país no es capaz de soportar sus mismas fuerzas armadas, no es soberano…”.

La descertificación fue propuesta por la administración de EE.UU., que lo justificó en un aumento récord de cultivos de coca y producción de cocaína, y en lo que considera falta de cumplimiento de metas verificables por parte de Colombia.

A pesar de la medida, por un “waiver” o exención señalada en las leyes estadounidenses, Colombia no enfrentará sanciones automáticas que afecten inmediatamente su cooperación militar o de seguridad.

Gremios locales han pedido prudencia y mesura. Algunos advierten que la decisión podría afectar la inversión extranjera, la confianza diplomática, el turismo y la cooperación internacional.

La reacción de Petro apunta a varios elementos clave:

1. Deslegitimar los criterios usados por EE.UU. al hacer la evaluación, sugiriendo que hay falta de reconocimiento de los esfuerzos que Colombia considera haber realizado,

2. Enfatizar la narrativa de soberanía, afirmando que Colombia no aceptará presiones políticas externas para determinar sus políticas antidrogas.

3. Cambio de paradigma en la estrategia doméstica, apostando por la erradicación voluntaria y otros métodos menos costosos en vidas humanas antes que militares.

4. Dirigir la atención a la demanda internacional como parte del problema, argumentando que sin atacar esa raíz, las políticas de oferta (erradicación, incautaciones) son insuficientes.

El discurso de Gustavo Petro tras la descertificación recuerda la tensión latente entre la cooperación internacional antinarcóticos y la autonomía política. Mientras EE.UU. exige resultados medibles, Colombia, bajo Petro, insiste en que las métricas usadas por Washington no capturan la complejidad del problema ni los costos humanos de ciertas estrategias. La descertificación no sólo marca un punto de fricción diplomático, sino que podría redefinir los términos de la cooperación bilateral en los próximos años.

La descertificación de Colombia por parte de Estados Unidos marca un momento crítico en la política antidrogas bilateral. No es solo una cuestión de cifras de cultivos o incautaciones: también pone en evidencia los cambios en paradigma, las diferencias en enfoque (erradicación vs desarrollo social), y la tensión entre soberanía nacional y obligaciones internacionales.

El país enfrenta, por lo pronto, un reto doble: mejorar en lo cuantitativo para cumplir los estándares exigidos, y al mismo tiempo, defender diplomáticamente su enfoque y sus logros, para evitar que la medida tenga efectos perjudiciales en cooperación y seguridad.

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