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Elaboran mapa de carteles y bandas criminales en el gobierno de Gustavo Petro
En un informe de El Colombiano, durante el Gobierno de Gustavo Petro, en 31 de los 32 departamentos del país, exceptuando las islas de San Andrés y Providencia, tienen alta presencia armada de por lo menos tres grandes grupos criminales.

En más de 8 meses de gobierno, el presidente Gustavo Petro no había tenido un mapa tan detallado de los grupos armados con los que quiere negociar como el que llegó a su despacho hace un par de semanas. Con dos informes reservados realizados por hombres de confianza y bajo el máximo rigor técnico, la inteligencia militar le entregó un largo listado con los cinco grupos armados más grandes de Colombia y las 23 bandas adicionales que se fusionan y se combaten entre sí para dominar territorios y apoderarse de las rutas del narcotráfico.
El resultado es claro: 31 de los 32 departamentos del país, exceptuando las islas de San Andrés y Providencia, tienen alta presencia armada de por lo menos tres grandes grupos criminales. Según los cálculos de inteligencia, unos 17.600 hombres y mujeres engrosan las tropas de los grupos guerrilleros y narcoparamilitares que, solo en 2022, asesinaron a 215 líderes sociales y convirtieron ese año en el más violento contra ese grupo de personas de especial protección.
Dichos informes de inteligencia, adelantados por Reuters y conocidos por este diario, no solo le dan una idea al Ejército de dónde están sus objetivos militares, sino que le sirven al Presidente para saber la fuerza real de cada grupo armado y llegar a las mesas de negociación y sometimiento con información clara sobre su poderío real y su pie de fuerza.
La información, por supuesto, toma especial relevancia en medio de la política de paz total que el Jefe de Estado adoptó como su principal bandera política: negociar la paz y someter a la justicia a todos los grupos armados ilegales que tiene Colombia. Pero, ¿dónde están ubicados, cuál es el tamaño de sus tropas y quién los lidera?
ELN: la tropa más grande
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) es el grupo armado más grande y poderoso que tiene hoy el país. Con 5.850 integrantes, el Ejército catalogó a la guerrilla como la fuerza armada ilegal “con más capacidad de daño y control territorial”.
De ese total, se estima que el 50%, unos 2.900 hombres, están en la lucha armada y el restante en redes de apoyo urbanas y de carácter político.
De acuerdo con reportes independientes y estimaciones realizadas por InSight Crime, esa guerrilla opera en al menos 23 departamentos y en ocho de los 24 estados de Venezuela.
Por esa presencia en el vecino país, gobiernos pasados y expertos en crimen organizado han señalado a Nicolás Maduro de resguardar el ELN y colaborar con ellos en toda la zona fronteriza para movilizar cocaína. Justo en esa parte, la guerrilla tiene un comando que opera en Norte de Santander y Zulia, Venezuela, que es conocido como Frente de Guerra Nororiental Manuel Pérez Martínez.
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Colombia
Atención: presidente Petro anuncia alianza militar con Venezuela para combatir al ELN
Dicha tropa es una de las más relevantes a nivel estratégico y está liderada por Leonel Salazar Roa, alias “Gonzalo Satélite”, un curtido subversivo que tiene más de 20 años dentro de ese grupo y se encarga de toda la frontera binacional desde hace unos cinco años.
El resto de la organización funciona como una estructura confederada en la que sus frentes de guerra mantienen cierta independencia política, operativa y financiera, pero obedecen a las órdenes generales de su máximo comandante, Antonio García, y su actual jefe negociador, Pablo Beltrán.
Con ese grupo, el Gobierno sostiene una mesa de negociación que avanzará en su tercer ciclo desde la primera semana de mayo en La Habana, Cuba. Mientras se niegan a acogerse al cese bilateral al fuego que Petro les lleva proponiendo desde diciembre pasado, la Casa de Nariño formalizó una alianza militar con el Ejército de Venezuela para atacar las células guerrilleras que tienen allá.
El disperso Clan del Golfo
En la segunda posición del informe, las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia, conocidas como Clan del Golfo, cuentan con 4.060 integrantes de los cuales 1.620 son combatientes.
Pese a eso, es bien sabido que la organización se alía y subcontrata a bandas más pequeñas con presencia en todo el país para lograr objetivos militares y económicos. Por ese dato, se cree que podría tener influencia sobre 6.000 hombres armados que no pertenecen precisamente a él.
Tras la captura y extradición de su máximo comandante Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, el grupo pasó a manos de Jovanis de Jesús Ávila Villadiego, alias Chiquito Malo, quien comanda en su mayoría desde el Urabá antioqueño.
Una de sus primeras tareas fue convencer al grupo de montarse al bus de la paz total, aun en contravía y los reparos de líderes como Wilmer Giraldo, conocido como “Siopas”, entonces subcomandante del Clan y que en marzo apareció muerto en una vía de Dadeiba.
Tras quedar como el máximo líder, había dudas sobre si Chiquito Malo podría mantener poderosas y unidas a las AGC, dos años después esas dudas se disiparon y está claro que el grupo no se fragmentó. pese a la ausencia de Otoniel.
Precisamente por esa fragmentación que describió inteligencia militar, se cree que para el Clan ha sido más difícil respetar el cese al fuego que pactó con el Gobierno. Aunque Petro aún mantiene intenciones de paz con ellos, ordenó retomar las acciones militares ofensivas tras múltiples atentados a la Fuerza Pública y la población civil que tenían a la Casa de Nariño entre la espada y la pared por la aparente docilidad que el Ejecutivo mostraba ante ellos.
Aunque tienen como principal sede Antioquia y Chocó, el Clan ha demostrado control en por lo menos 17 departamentos y varias zonas de Venezuela, donde se pelea arduamente contra el ELN y hasta con la Guardia Venezolana, que supuestamente le allanaría el camino a la guerrilla para traficar.
Las disidencias de dos “Ivanes”
En tercer y cuarto lugar se alojan el Estado Mayor Central (EMC) y la Segunda Marquetalia, las dos disidencias de las Farc comandadas por Iván Mordisco e Iván Márquez, respectivamente.
Si bien ambas son disidencias de las Farc, tienen orígenes distintos. Mientras que el grupo de Márquez fue uno que surgió tras traicionar el Acuerdo de Paz y retomar las armas, el del EMC fue un bloque completo que se negó desde el principio a firmar la paz y, por ende, aún conserva un claro estatus político que se le concede a las guerrillas.
Inteligencia cree que el Estado Mayor tiene 3.530 integrantes, 2.180 de ellos armados, y que la Segunda Marquetalia tiene 1.060 combatientes y 610 en redes de apoyo.
En medio de esa guerra reciclada, los actuales jefes guerrilleros de ambas disidencias son, todos, hombres que ocuparon puestos de poder en las extintas Farc. Como segundo al mando del EMC está alias Calarcá, antiguo comandante del Frente 40, y como subcomandante de las disidencias de Márquez está Walter Mendoza, uno de los fundadores de las columnas móviles de las Farc y del original comando central de esa guerrilla.
Con todo eso verificado, los dos informes de inteligencia militar también detallaron las características de grupos armados más pequeños y focalizados como Los Pachencas, cuyas tropas ascienden a 1.000 hombres armados localizados en la Sierra Nevada de Santa Marta, y los Chotas y los Espartanos que, según información revelada por el alto comisionado para la paz, Danilo Rueda, alcanzarían alrededor de 830 combatientes con influencia en Buenaventura.
Así las cosas, no hay mejor evidencia que este mapa criminal para ilustrar lo que muchos le critican a la paz total de Petro: que es excesivamente ambiciosa y podría tener malos resultados al intentar abarcar todo de una sola tajada y con Danilo Rueda como único comunicador de por medio.
De concretarse la paz con todos estos grupos armados, de las selvas y zonas rurales del país saldrían 20.000 combatientes: la desmovilización, no simultánea, más grande e importante de la historia.
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Los ministros del gabinete de Gustavo Petro siguen renunciando
En sus cartas de renuncia se específica que se trata de una dimisión de orden protocolario, es decir que, aunque ponen su cargo a disposición, no se van tajantemente del Gobierno.

Horas después de que el presidente Gustavo Petro le pidió la renuncia protocolaria a su gabinete, pasada casi una semana de su accidentado Consejo de Ministros, este lunes se han ido conociendo a cuentagotas las cartas en las que sus más cercanos colaboradores dimiten del Gobierno. Sin embargo, hay una diferencia evidente ente quienes renuncian de manera simbólica y quienes lo hacen de manera irrevocable.
En el primer grupo, resaltando que se trata de una “renuncia protocolaria”, aparecen los ministros de Educación, Daniel Rojas; la canciller Laura Sarabia, o la directora de la Unidad para las Víctimas, Lilia Solano. En sus cartas de renuncia se específica que se trata de una dimisión de orden protocolario, es decir que, aunque ponen su cargo a disposición, no se van tajantemente del Gobierno.
“Quedo a su disposición, mi compromiso con el proyecto de país que usted representa sigue en pie”, dijo, por ejemplo, Solano. “No hay mayor privilegio ni honor que servir a los y las colombianas”, sostuvo por su parte Sarabia. “Seguiré trabajando y acompañándolo en este propósito desde el lugar y momento que usted disponga”, precisó Rojas.
Sin embargo, hay otros que sí renunciaron de forma irrevocable, lo que implica que su partida del Ejecutivo es definitiva y no está sujeta a discusión. En ese grupo se cuentan los ministros de Ambiente, Susana Muhamad; Trabajo, Gloria Inés Ramírez; Culturas, Juan David Correa, y el saliente director del Dapre (Departamento Administrativo de la Presidencia), Jorge Rojas.
Se trata de funcionarios del primer círculo del presidente Gustavo Petro, quienes decidieron dar un paso al costado rotundo luego de que el mandatario confirmó que el exembajador Armando Benedetti será su jefe de despacho presidencial y, para muchos, será el peaje para acceder al jefe de Estado.
En medio de todo hay un tercer grupo de ministros y altos funcionarios cuyas cartas de renuncia no se conocen y no hay precisión frente a si son irrevocables o no. Allí se cuentan el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo –recién nombrado presidente encargado ante el viaje de Petro en Oriente Medio–; el ministro de Defensa, Iván Velásquez; el ministro de Comercio, Luis Carlos Reyes; el director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, o el director de Planeación Nacional, Alexander López.
En este grupo podría contarse la ministra de Agricultura, Martha Carvajalino, o el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, quienes, si bien renunciaron, no detallaron si su dimisión es irrevocable o protocolaria: “He tomado la decisión de dejar el cargo de ministro del Interior para participar sin limitaciones en el debate público e impulsar por fuera del Gobierno (mis) ideas”, dijo Cristo.
Las salidas materializan una fisura que parece irreconciliable en el corazón del petrismo. Ya son cuatro los funcionarios del primer anillo del presidente que dimiten tras el accidentado Consejo de Ministros.
Fue en ese inédito escenario –televisado y sin filtro alguno–, en el que el jefe de Estado hizo una defensa irrestricta de su ahora jefe de despacho: el controvertido exembajador Armando Benedetti, sin calcular que su proyecto político iba a implosionar y, con ello, comprometer las chances de darle continuidad al “Gobierno del Cambio” más allá de 2026.
A medida que pasan los días, podrían ser más los funcionarios que, aunque leales a Petro, no se tragarán el sapo de compartir con Benedetti y tener que acudir a él para hablar con el primer mandatario. La disyuntiva es evidente: ¿Petro cederá y le dará la espalda a Benedetti con tal de seguir con sus aliados y evitar la desbandada? ¿O arreciará y, sin importar el costo político ni personal, lo mantendrá en el gabinete?
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Vicky Dávila denuncia públicamente amenazas contra su vida
Ante esta situación, la exdirectora de la revista Semana de 51 años, hizo un llamado directo al Gobierno del presidente Gustavo Petro.

La candidata presidencial, Vicky Dávila, denunció públicamente que ha recibido amenazas de muerte. A través de sus redes sociales, aseguró que la advertencia provino de un “oficial de alto rango” y que la información tiene “toda la credibilidad”.
“Necesito compartir con ustedes esto de manera urgente. Uno tiene que ser prudente y mesurado con estos temas sobre amenazas contra la vida. Esta información me la hizo llegar un oficial de alto rango. Es de toda la credibilidad”, reveló Dávila mediante su cuenta de X, acompañado de la captura de pantalla de un chat donde se habla sobre la amenaza.
Según los alarmantes mensajes que recibió, existiría un supuesto “presupuesto” destinado a atentar contra su vida. “Toca que extreme”, “Tiene que ser muy prudente, esta gente es lo peor”, son algunas de las frases que, de acuerdo con la denuncia de Dávila, le hicieron llegar por chat.
Ante esta situación, la exdirectora de la revista Semana de 51 años, hizo un llamado directo al Gobierno del presidente Gustavo Petro.
“Espero que el gobierno Petro y las autoridades presten atención a esta información, que nos den la protección necesaria a mi familia y a mí para que no nos pase nada”, expresó en sus redes sociales.
Dávila, quien anunció su candidatura presidencial en noviembre de 2024, ha intensificado su campaña de cara a las elecciones de 2026. En enero de este año presentó a cuatro asesores económicos que la acompañarán en su aspiración a la Casa de Nariño.
La candidata, que se caracterizó como periodista por su postura crítica contra Petro desde que el mandatario asumió el poder, se quiere proyectar como la “outsider” de la política colombiana.
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Fuerte temblor de 4,9 en la escala de Richter se sintió en San Andrés
El sismo, de magnitud 4.9 en la escala de Richter, se presentó a las 8:37 de la mañana tuvo una profundidad superficial, menor a 30 kilómetros, según informó el Servicio Geológico Colombiano.

Un fuerte temblor se registró en la mañana de este martes en el Mar Caribe colombiano, muy cerca al archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, por lo que el movimiento telúrico se sintió con intensidad en la isla.
El sismo, de magnitud 4.9 en la escala de Richter, se presentó a las 8:37 de la mañana tuvo una profundidad superficial, menor a 30 kilómetros, según informó el Servicio Geológico Colombiano (SGC).
La entidad, así mismo, informó que el temblor se registró a una latitud de 13.20° y longitud de -81.54°.
Usuarios en redes sociales manifestaron que sintieron el sismo de manera extendida y con fuerza, pues su potencia RMS (Root Mean Square-Raíz Cuadrada Media) fue de 1.3 segundos.
Por el momento no se han reportado afectaciones estructurales ni personas lesionadas; sin embargo, desde el SGC recomiendan estar al tanto de los informes publicados en su página web https://sgc.gov.co/ para conocer más detalles sobre los eventos de tierra presentados en el país.
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